Sayo, de 27 años, viceadministradora de una empresa de contabilidad, informa a Kiriyama que su período de formación llegó a su fin. Aunque el contacto estrictamente laboral entre los dos disminuya, su relación amorosa, que empezó como algo puramente carnal, continúa. Un día, Kiriyama propone ir a dar una vuelta en carro.